Adolescencia: época de cambios.
La adolescencia es una etapa difícil, tanto para el adolescente como para sus padres. Y es que esta etapa es una etapa repleta de cambios que suceden muy rápido, lo que hace que el joven se desoriente y se confunda, desarrollando conductas defensivas que pueden resultar molestas para los adultos a su alrededor.
Atravesando esta etapa de forma exitosa.
Atravesar esta etapa de manera exitosa, complicando la vida lo menos posible, depende tanto de la capacidad de autoconocimiento del joven, como de una adecuada aceptación de sus cambios por parte de sus padres.
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La rebeldía.
Los adolescentes suelen rebelarse a lo establecido por dos razones:
Autonomía:
El adolescente viene saliendo de un periodo de apego y afinidad con la madre. Este apego, hace que el chico no sepa distinguir los sentimientos y pensamientos de la madre, de los suyos propios.
La oposición es la manera que el joven encuentra de separarse de la madre para comenzar a experimentarse como una persona por sí mismo. Le reafirma que él es distinto a la madre, que ya no son uno mismo, por esto la rebeldía es una actitud normal y hasta deseable en esta etapa.
El adolescente que no presenta la rebeldía, corre el riesgo de convertirse en una persona dependiente emocionalmente, complaciente, siempre en busca de aprobación.
Autoconocimiento:
El adolescente será rebelde con la finalidad de comprobar el poder que ejerce en el mundo.
No es raro ver chicos que se unen a las fuerzas políticas de su escuela o a grupos de protesta con la finalidad de lograr cambios importantes en su medio.
Observar los cambios que son capaces de lograr en el exterior, les reafirma su poder personal, lo cual es básico para la salud emocional.
El cambio de look.
En la búsqueda de sí mismo, el adolescente experimentará distintos estilos de ideología, de vestimenta, de peinado, de música, etc. Estos cambios pueden desorientar a los padres, y hacerles pensar que su chico es inestable, o que anda metido en malos pasos debido a su apariencia.
La búsqueda de un estilo propio suele durar tan solo un par de años, y es saludable para el chico dejarle experimentar diversos estilos, así como las reacciones que ocasionan en los demás.
En esta etapa, los chicos están expuestos más que nunca a las influencias externas: es posible que un chico que traiga rastas en el cabello sea más fácilmente invitado a consumir drogas, y que una niña que usa vestidos provocativos sea candidata a ser seducida por algún mayor.
Los padres debemos estar muy pendientes de asesorar a nuestros hijos, de advertirles de los peligros sin criticar su apariencia ni exigirles que cambien su manera de vestir.
Debemos convertirnos en sus aliados ahora más que nunca, para que en este periodo de riesgo, ellos tengan la confianza de contarnos lo que les sucede sin temor a represalias, y puedan encontrar su propio estilo sin tardanza.
Los cambios de humor.
El incremento en la producción de hormonas en la adolescencia, hace que los chicos experimenten cambios repentinos en su estado de ánimo. Pueden mostrarse tristes, enojados, enamorados o muy alegres.
Sus sentimientos son más intensos que nunca, y sus cambios de humor aparecen casi sin motivo.
Los padres debemos ser tolerantes con estos cambios, teniendo muy en cuenta que ellos no pueden evitar que sus sentimientos cambien, y que no están eligiendo reaccionar con esa intensidad.
Lo ideal sería hablar con ellos para que estén alerta de que estos cambios de humor ocurrirán, que son normales, y además, que son pasajeros, pues esto les permitirá aceptarlos con mayor naturalidad, y los preparará para moderar sus reacciones.
El vacío existencial.
La adolescencia es una etapa de transición. Es una etapa puente entre la niñez y la adultez, donde el adolescente se encuentra indefinido. No ha elegido a qué dedicará su vida, no está seguro de su orientación sexual, está en proceso de conocer qué le gusta y qué le desagrada, se sorprende a sí mismo con sus sentimientos y reacciones… en cierto modo, se experimenta a sí mismo como incompleto, y esto los lleva a tener un sentimiento de que algo falta en su vida.
Los padres podemos ayudar en esta etapa respaldando sus intereses, permitiéndoles explorar sus habilidades, y a la vez, aclarándoles que se trata de un estado normal y pasajero, para evitarles creer que algo malo sucede en su interior.
En la etapa de vacío existencial, los chicos son más vulnerables a las influencias externas, por eso es necesario que los padres fomenten como nunca una relación estrecha con el joven para darle así soporte emocional, y con ello disminuir los riesgos de que el chico se sume a grupos con ideologías equivocadas.
Descuido de sí mismo.
Son comunes las quejas de los padres cuando sus hijos llegan a la adolescencia, en el sentido de que se han vuelto descuidados con sus notas, maltratan sus cosas, se tienen poco cuidado en su aseo personal y abandonan clases extracurriculares. Esto sucede porque su interés y su energía se depositan principalmente en las actividades sociales y en la curiosidad sexual.
Las energías sexuales están muy despiertas y acaparan la atención del chico. Esto se debe considera como normal, y debemos evitar tomarlo como un mal indicativo en su desarrollo.
Los padres pueden tranquilizarse sabiendo que cada etapa del desarrollo en la vida del niño, tiene una distinta forma de conocer la realidad.
Pensemos por ejemplo en los niños de meses de nacidos, que se llevan cualquier cosa a la boca, pues es por este medio que conocen su mundo. Más tarde, en los primeros dos años, los niños desearán tocarlo todo, pues es por medio de las manos que conocen su mundo. Es la etapa en la que gustan de manipular la comida y jugar con ella, causando desastres en la cocina. Así mismo, en la etapa de la adolescencia, los jóvenes conocen el mundo a través del otro.
En Persia, antiguamente se empleaban niños de seis años para tejer alfombras. Los patrones estaban dispuestos a pagar a estos niños el doble de lo que pagaban a los adultos, pues la sutileza de su tacto era tal, que podían distinguir entre 14 diferentes grosores de hebras, creando tapetes hermosos. Los adultos carecían de esta habilidad, pues los niños estaban en su etapa de conocer el mundo con las manos, y eran extremadamente sensibles. Sin embargo, a partir de los 10 años, los niños se volvían torpes con las manos. Los empleadores preferían mil veces emplear personas adultas que jóvenes adolescentes, pues su energía vital se había concentrado en vivenciar su sexualidad.
Es muy importante para los padres conocer cuáles conductas que su hijo adolescente presenta son normales y cuáles requieren de atención psicológica.
Pero debemos recordar que debido a la complejidad de esta etapa, incluso aquellas conductas que hemos mencionado como normales, pueden crear conflictos dentro de la familia, para lo cual es también indicado apoyarse en un profesional para mejorar la comunicación, conocer a fondo la problemática, y sobre todo, evitar que debido a un mal manejo de esta etapa el adolescente complique su vida más de lo necesario.
Ya sea que tu chico presente problemas, o que tú como padre desees estar mejor preparada para ayudarlo a sobrellevar este difícil proceso, podemos ayudarte.
Acércate. Podemos ayudarte.
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