Las relaciones a distancia no son un tema exclusivo de la era cibernética, pero ciertamente, debido a las nuevas opciones que la tecnología nos ofrece, éstas se han venido popularizando hoy en día.
Si eres de los que creen haber conocido a su media naranja al otro lado del planeta, y te preguntas si es que tu relación llegará a funcionar, te comparto la siguiente reflexión, que puede serte de ayuda.
Idealización versus conocimiento profundo.
El amor a distancia pudiera parecer el más dulce, puesto que se alimenta tan solo de las mieles del enamoramiento. Al no tener juntos tiempos muertos y prolongados ratos juntos, no se experimenta la rutina, por lo que se tiende a idealizar al ausente como una fuente inagotable de satisfacción emocional, amor, dulzura y alegría. Sin embargo, el verdadero amor significa compartir la vida. Y eso implica compartir también los ratos de malhumor, diferencias, discusiones, tristezas y desengaños, y es debido a este compartir que la pareja logra uno de los elementos más importantes del amor: la intimidad emocional.
Quienes dicen “no” a una relación por internet, argumentan que es riesgoso, pues no sabes en realidad quién está del otro lado de la pantalla. Quienes dicen “sí”, aun teniendo la intención de ser transparentes y honestos con su pareja, y pese a los maravillosos recursos tecnológicos de que se dispone actualmente, deberán tener en cuenta que el conocimiento que se tiene del otro será siempre muy limitado, pues sólo se puede ver a la pareja desenvolviéndose siempre ante el mismo tipo de circunstancia. No se tiene información de primera mano acerca de cómo esa persona reacciona ante el conflicto, el estrés, la familia o la sociedad.
Y es que es común que en la etapa de cortejo las personas intenten mostrar a la pareja tan solo lo mejor de sí mismos, sin embargo, en una relación presencial, uno puede “leer” a la persona más allá de lo que ella afirma de sí misma, puede llegar a hacerse una idea completa de quién es el otro por medio de sus acciones, reacciones, gestos e interacciones con otras personas, mientras que en una relación a distancia, no se sabe del otro más que lo que él mismo desea mostrar.
El amor no basta.
Sentirnos enamorados es una de las experiencias humanas más revitalizantes. Sin embargo, está comprobado que para que luego del enamoramiento se forje una relación que progrese, son necesarios otros ingredientes. Para empezar, se necesita tener una expectativa, una meta en común hacia dónde mirar junto con la pareja. Pregúntense ¿tiene la pareja planes para estar juntos en un futuro?, ¿a qué plazo han fijado esta meta?, ¿ambos están dispuestos a esperar?
Volverlo parte de tu mundo.
La pareja se compone de dos, pero cada uno de esos dos está inserto en un medio social, tiene amigos y familia; horarios y pasatiempos, intereses y necesidades. Cuando una relación amorosa se vuelve seria, adaptarse a las actividades y tiempos del otro, e involucrarse con las personas importantes del otro es una parte importante para que ésta evolucione. Es importantísimo que la pareja aprenda a desenvolverse en nuestro medio. De otra forma, la consolidación de la pareja corre peligro inminente.
¿Felices los cuatro?
Este dicho corresponde a la idea de que las personas tenemos necesidad de afecto físico, lo cual es, en este tipo de relaciones, un elemento faltante, y es razonable creer que la persona buscará satisfacer esta necesidad en otro lugar. Como ha quedado claro por las reflexiones previas, el afecto físico no es la única carencia de los protagonistas de esta historia: no es raro encontrar parejas que han tenido que distanciarse, aun después de conocerse en persona, que terminan diluyendo su unión para ir en pos de aquello que están echando de menos.
Motivos psicológicos:
Aprovechar los medios tecnológicos para encontrar una persona afín, puede ser adecuado en inteligente. Conocer a alguien por internet, puede abrirnos la posibilidad de familiarizarnos primero con sus pensamientos y su forma de ser, antes de elegir salir en una primera cita. Sin embargo, ¿qué sucede si todos mis encuentros personales, románticos, íntimos, suceden por este medio?, ¿Qué pasa cuando elijo relacionarme única y exclusivamente de manera virtual, o qué motivos ocultos me llevan a elegir vincularme tan sólo con personas que viven muy lejos de mi? Si este es tu caso, presta atención a la siguiente información:
Las personas que eligen la vida cibernética como único medio de vinculación, pudieran estar viviendo un miedo a una relación real, ya sea debido a duelo sin resolver, o bien, a que por su historia familiar han desarrollado una mala imagen de lo que las relaciones de pareja pueden llegar a ser.
También es posible que se tema el contacto físico, o incluso, a la intimidad emocional, debido a traumas causados por abuso en la niñez.
La baja autoestima es también un factor que exacerba la inseguridad sobre si uno será bien aceptado, y el temor a enamorarse y después sufrir un abandono.
Otro posible motivo es una posible lealtad inconsciente con uno de los padres. Si papá o mamá se encuentran enfermos, son muy mayores, o por cualquier otro motivo han desarrollado una relación de excesiva cercanía contigo, es posible que tiendas a relacionarte exclusivamente con parejas inaccesibles, asegurándote así de no conseguir una relación que progrese, y permaneciendo por lo tanto al lado de esa persona que tanto te necesita.
Relacionarse por internet es completamente aceptable y enriquecedor, pero si te has identificado con alguno de los puntos anteriores, es posible que estés necesitando de apoyo extra para que tus relaciones sean más íntimas, nutritivas y felices
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